Creative Commons: licencia para compartir


CULTURA LIBRE

LICENCIAS ALTERNATIVAS

CREAR A PARTIR DE LO QUE YA ESTÁ CREADO

Si el principio regente del sistema del copyright es el famoso Todos los derechos reservados, el principio subyacente de Creative Commons es Algunos Derechos Reservados. Licenciando con Creative Commons, los creadores no sólo conservan la libertad creativa, sino que también obtienen libertad para ceder los derechos que deseen.




Creative Commons: La cultura de compartir

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SUBTÍTULOS:

- ¿Qué significa ser un humano si no tenemos una cultura compartida? y ¿Qué requiere una cultura si no puedes compartir?

- Técnicamente ha sido durante el último siglo o siglo y medio más o menos que comenzamos a restringir duramente cómo adaptar esa cultura.

- La Internet permitió una infraestructura en la cual cualquier persona puede participar sin pedir permiso.

- Siempre hemos conocido tecnologías que permiten a las personas expresarse por sí mismas y tener el control de sus propios impulsos creativos, pero las pérdidas los han dejado en el camino.

- Creative Commons está diseñada para salvar al mundo del fracaso al compartir. Las personas de hecho quieren compartir cosas, ponerlas en una red, porque quieren mostrar lo que llevan por dentro.

- Así que quisimos crear una forma sencilla para que los creadores le digan al mundo: “Aquí está la libertad y quiero correr con mi obra. Estas son las cosas que puedo hacer”

- “¿Puedo reproducirla?, ¿copiarla?, ¿ponerla en mi diario?, ¿puedo usar esa foto?, ¿puedo hacer una nueva versión?”

- Creative Commons brinda herramientas al creador para escoger una opción sobre los derechos de autor

- La licencia Creative Commons puede cubrir lo que cubre cualquier declaración de derechos de autor

- Cualquier licencia expresa: “Usted tiene que darme atribuciones y dar créditos a mi persona por el trabajo que hice”

- La opciones básicas son “De uso comercial” o “Sin uso comercial” ¿Puedo crear obras derivadas, versiones y adaptaciones o no? Y ¿puedo compartirla de igual manera?, así que yo tomo tu obra y debo compartirla bajo los mismos términos.

- No hay requisitos para que hagas lo que quieras con tu obra aparte de lo que tú quieres hacer. Tú posees tus derechos de autor. Lo que nosotros hemos hecho es darte el derecho de ejercerlos en más formas y mucho más simples.

- Así que la idea aquí es habilitar a los impulsos creativos que la tecnología tiende a perder y quitar los obstáculos del camino.

- El trabajo de Creative Commons es sencillamente establecer las bases de la infraestructura para esta nueva cultura, una cultura popular. Cualquier persona de Italia, Nueva York o Singapur puede sentirse cómoda usando una foto que fue creada y publicada por alguien en los Estados Unidos o China, o en cualquier lugar donde se haya emitido esta licencia, preservando sus identidades, lo que significa que las de hecho pueden crear nuevas clases de objetos, conocerse y diseñar cosas.

- Unas de estas cosas puede ser galerías de fotos compartidas, así es como CIMEXTRA ha permitido órdenes para hacer música juntos.

- Realmente se trata de creatividad y conectividad. Acceso y control, desde jóvenes que simplemente aman lo que les gusta hacer y quieren compartirlo y permitir que otros hagan uso de su obra, hasta organizaciones comerciales.

- Al final, esto tendrá una repercusión muy exitosa en las economías progresistas.

- Creative Commons es un puente hacia el futuro. Tenemos que dejar de retener contenidos y detener comunidades. Las comunidades desarrollan contenidos y compartir sus licencias les permite agruparse.

- Una comuna física es como un parque donde cualquiera puede entrar por igual. La comuna con trabajos intelectuales es más libre de hecho.

- De veras va a existir una estructura para las comunicaciones entre las personas y el intercambio cultural. Espacio para más diálogo y más libre expresión y esa es el tipo de comuna que queremos crear…

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CREATIVE COMMONS
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Fuente: Los videos de la Biblio

LA INTERNET CUMPLIÓ 20 AÑOS

Hace 20 años, una suma de descubrimientos y avances tecnológicos, confluían en el tiempo dando lugar al advenimiento de la Internet. Un proyecto militar, impulsado por el Ministerio de Defensa de los EE.UU. y ejecutado en articulación con algunas universidades de ese país se fue popularizando hasta alcanzar los niveles de penetración mundial que hoy fácilmente podemos reconocerle.

En sus orígenes, esta mega red fue concebida para la interconexión de computadoras remotas que “hablaban” un mismo “protocolo” o “idioma”, el hoy famoso: TCP/IP. Los volúmenes de intercambio de información entre los pocos “nodos” que existían eran increíblemente pequeños y el 100% del tráfico estaba representado por textos específicos y muy breves.

Con el tiempo, el protocolo de la Internet se fue adaptando a la prestación de múltiples y variados servicios, entre los que se distinguen el e-mail (correo electrónico), el FTP, o protocolo de trasferencia de archivos y con la aparición del HTTP (hipervínculos), se instauró definitivamente entre los usuarios de esta novedosa herramienta, la modalidad de consulta “on line” que hoy denominamos “navegación”.

Los tiempos han pasado y hoy los contenidos que podemos acceder por la Internet superan cualquier previsión que pudieran haber llegado a concebir los creadores de este verdadero fenómeno técnico y social, que ha revolucionado no sólo las comunicaciones, sino incluso las formas de relacionarse de millones de personas en todo el mundo.

Música, imágenes, textos y videos pueblan la red, poniendo al alcance de la humanidad tanta información como esa misma humanidad, ha sido capaz de producir y descubrir a lo largo de sus millones de años de existencia.

Sin embargo y pese a las características “multimediales” de este nuevo espacio de comunicación global interactiva, aún hoy, el 80% del tráfico de contenidos que circula por la red, se compone de texto escrito. Así pues, la Internet, es antes que cualquier otra cosa, un enorme (casi infinito) receptáculo de textos escritos en todos los idiomas y dialectos que se hablan en el mundo, abarcando esos mismos textos, todas las actividades e intereses que nos alcanzan a los seres humanos en la actualidad.

Una enorme biblioteca interactiva global, accesible para cualquier persona que cuente con una simple conexión a la Internet, es la principal diferencia que existe entre la red de redes y los demás medios masivos de comunicación social basados en el criterio de “broadcast” como la radio y la televisión. En estos últimos la capacidad de elección del usuario queda siempre supeditada a los contenidos que el operador “difunde” según sus preferencias, generalmente condicionadas por factores económicos relacionados con las reglas del libre mercado.

Si bien el “espectador” siempre podrá elegir el momento de “cambiar de canal”, las opciones de su elección, siempre se encontrarán dentro de una limitada oferta, que podrá ser mayor o menor, en términos de variedad, conforme a la capacidad del bolsillo de cliente-usuario-espectador.

Esta situación pone en manos del director de programación de un canal de televisión la responsabilidad y también el poder, de elegir el tenor de los “programas” a los que podrán tener acceso o no, millones de personas.

Por el contrario, la Internet se asemeja palmariamente al mundo de la literatura. Donde existe todo tipo de contenidos, tanto desde el punto de vista de su calidad, como de su moralidad, pero en este caso, la elección de los mismos recae en un 100% en el “navegante – lector – espectador” que es quien comanda su propio “mouse”, decidiendo de esta forma, cuando y donde “clikear” que es lo mismo que elegir libremente “que” es lo que desea ver y “cuando” lo desea ver.

A esa casi ilimitada libertad de elección, la Internet suma una cualidad más que le es propia, esta es la posibilidad de interactuar con el medio, es decir, que suma a la posibilidad de elegir, la posibilidad de participar: publicando sus opiniones y comentarios, “subiendo” sus fotos y videos, integrándose en las múltiples redes sociales, conversando con otras personas, estudiando, comerciando o simplemente informándose. Toda una revolución tecnológica y social que se produce derribando fronteras y eliminando las distancias y con ellas también el tiempo.

Curiosamente, en las postrimerías de la guerra fría y desde el corazón mismo del poder hegemónico militar y financiero mundial, surgió para los pueblos, una invaluable herramienta para la transformación social, herramienta, que como el libro, puede constituirse en el arma más poderosa de los defensores de la libertad, porque como éste, sirve para propagar, sostener y popularizar el conocimiento, la ciencia y la cultura.

Cierto es, que en este nuevo “espacio virtual”, el ser humano, como tal, ha volcado también todas sus miserias. El tráfico de contenidos pornográficos, la posibilidad de concebir y concretar todo tipo de delitos y bajezas, es una realidad que aumenta cada día. La Internet es una creación humana y como tal, no puede estar exenta de los defectos propios de la humanidad.

Pero justamente aquí es donde reside nuestro mayor desafío. Un nuevo espacio, una nueva dimensión, se abre a la conquista de la humanidad. Estará en nosotros el saber luchar por conquistar y ocupar ese espacio con actividades y contenidos sanos y productivos o en cambio ceder ese espacio de invalorables posibilidades, a quienes pueden llegar a hacer del mismo, un peligrosísimo vector de la desintegración social.

Mucho decimos sobre la calidad del mundo que deseamos legarle a nuestros hijos, pues bien, el espacio virtual es ya una parte indisoluble de ese mundo que habitarán las futuras generaciones, tratemos desde hoy de cuidar con esmero del mismo. No permitamos que se degrade su impresionante potencial cediendo posiciones ante el avance inescrupuloso de los mercaderes de todos los vicios y hagamos de esta nueva herramienta, un bastión de la cultura universal, que consolide la hermandad de todos los pueblos.

Ing. Guillermo Meana